Aquí va mi respuesta al reto del feis de los 20 discos. La pongo aquí porque quiero que dure un poco más y que la publicación quede un poco menos escondida de lo que quedan las cosas ahí normalmente.
El lector verá que, casi toda, es música muy vieja. Muchas cosas son "de
mis tiempos". Me pasa como a Comte-Sponville, que no hacía más
que leer a los clásicos. Es decir, no soy contemporáneo de mi tiempo, o
dicho de otra forma: todo tiempo pasado siempre fue mejor.
Aclaro, además, que esta es sólo la opinión de un aficionado, nada de crítico musical ni especialista en nada. Se trata de lo que me gusta o me gustó en algún momento, y de algunas breves razones de por qué pienso que vale o valió la pena en su momento para mí.
Pues aquí va:
1. The Wailers (Bob
Marley), Catch a fire, 1973
Creía haberlo escuchado todo de Bob Marley
con el Legend, hasta que me encontré con esto, que es como cualquier cosa de
Marley pero más crudo, rasposo, pausado. El bajo deambula por su cuenta, marcándole el paso al resto (Concrete Jungle), la voz tribal incita a la rebelión (400 Years)…
20 discos
on domingo, 3 de mayo de 2020
2. Babasónicos,
Infame, 2003
Pienso que el Miami o el Babasónica son muy
buenos discos; pero en éste, la banda argentina ya tiene tal madurez que el álbum es una obra
completa; una rola parece ser la consecuencia lógica de la anterior y antecedente inevitable de la siguiente. En algunas de ellas (Mareo), es como si uno estuviera escuchando a Los Ángeles Negros.
3. Café
Tacvba, Revés/Yo soy, 1999
Los berridos de Rubén Albarrán (o como se llame) son
insoportables, así que este experimento es, en ese contexto, una joya. La primera vez que lo escuché estaba grabado a gusto
del pirata en un casette, así que nunca supe el orden original de las canciones.
Algunos temas del primero son exquisitos (M.C.), otros una auténtica obra maestra de la música vernácula mexicana (La 7).
4. Caifanes,
El nervio del volcán, 1994
Caifanes hizo solo cuatro álbumes, pero la
pulcritud de las melodías en éste lo hacen sin duda el mejor. Dejando aparte las que se volvieron un éxito comercial, hay canciones en las que, literalmente, la guitarra ruge (El año del dragón, El animal), otras son una escalera que desciende al purgatorio sanguinolento del erotismo (Hasta que dejes de respirar)…
5. Charly
García, Unppluged, 1995
Seguro que un unplugged es una mala forma de conocer a un músico pero no paraba
de escucharlo. Puedo decir que encuentro un agradable sentido en el sinsentido de sus letras. Es decir, sus letras son música, melodía, contratiempo, da exactamente lo mismo qué digan.
Es realmente difícil decir cuál es el mejor álbum de Bowie. Todos los elementos que lo componen hacen de éste una obra de arte: la forma paulatina en que la obra comienza anunciando el porvenir (The width of the circle), el sonido elemental tan claro de bajo y guitarra acústica; la voz de Bowie…
7. Guns n' Roses, Use
your illusion, I y II, 1991
Esto fue el soundtrack de mi vida durante
mucho tiempo, aunque creo que el Appetite for destruction es lo mejor que
hicieron en muchos sentidos. También dejando de lado lo que pegó en la radio, algunas canciones son excelentes: Coma, Don't damn me, Death horse, So fine, Double talkin' jive…
8. Aerosmith,
Pump, 1989
Otro álbum, para mi gusto, redondito. Creo
que lo mejor de Aerosmith está aquí y, en todo caso, de aquí para atrás en el
tiempo. El disco parece una fiesta perpetua. Una canción tras otra. El ritmo no para desde el principio hasta el final. Tal vez por eso la banda era exitosa.
9. Metallica,
Metallica (Black album), 1991
Eran buenos, luego hicieron esto y se
volvieron geniales. Y luego todo se fue a la puta. Otro álbum que es perfecto de principio a fin. Extrañamente no conservo una copia, original o pirata. A lo mejor decidí ignorarlos para siempre desde que hicieron su pendejada de Napster. Es como el día que descubres que Heidegger era nazi.
10. Jaguares,
El equilibrio de los jaguares, 1996
Antes de que Saúl Hernández convirtiera Caifanes en Maná, junto con José Manuel Aguilera logró hacer esto. Tal vez era lo inevitable después de Caifanes. Hay a quienes esta cosa entre pop, mística, new age, hare krishna y neoindigenismo le parece repugnante, y ciertamente puede serlo. Pero tiene muchas cosas muy buenas y nada como esto se hace hoy en día.
11. Manu
Chao, Clandestino, 1998
Todos pensábamos que el ejército nos perseguía por escuchar esto… Digamos
que simboliza muy bien una época que se tradujo en la presencia omnipresente en la prensa de aquellos días de Vicente Fox ladrando idioteces, Marcos llamándolo estúpido un día sí y otro también, Fidel Castro el inmortal todavía entre nosotros, George W. Bush amenazando con invadir Irak por enésima ocasión, Hugo Chávez pendejeándolo alegremente… y todo esto amenizado por esta música monótona y repetitiva.
12. Mr.
Bungle, California, 1999
Los mejores calificativos para esto son
intrigante, inquietante, siniestro… como un cuento de Carver donde descubres
que debajo de todo lo bonito respira algo grotesco, infernal.
13. Nirvana,
Nevermind, 1991
No creo que esto sea un antes y un después
de nada, sólo era mercadotecnia; pero la simpleza de sonidos en
algunas rolas de este álbum (Lounge act), su potencia, el tonito hipnótico en la voz de
Curco Vein, son fascinantes.
14. Pantera,
Vulgar display of power, 1992
Uno creía que el heavy, el trash, el speed
metal… ya no daban para más hasta que apareció esto. Y a todos nos estalló la
cabeza.
15. Soda
Stereo, Nada personal, 1985
Muchas de las imágenes de lo urbano, gris,
desolado… que vendrán por ejemplo en Doble vida (La ciudad de la furia, En el borde) ya
estaban aquí de algún modo. Este álbum está muy lejos de eso, o de lo que hay en Signos, por ejemplo, pero igual es muy bueno.
16. Radiohead,
The Bends, 1995
No lo sé, tal vez más el Pablo Honey, o el
Ok Computer… o todo lo que no fuera caer en el pozo infinito de angustia y tristeza
que era escuchar a Radiohead.
17. Röyksopp,
The Understanding, 2005
Lo descubrí en una película, Cashback, y ya
no lo solté. Habrá quien diga que esto sólo es punchis de antro gay, pero sus
sonidos remiten inequívocamente a un posmoderno y nostálgico fin de época que
creo que los convierte en algo más que puros soniditos huecos de consola. Y
lograr eso con “puros soniditos huecos de consola” (Moby por ejemplo) tiene su
mérito.
18. The
Cure, Disintegration, 1989
Bueno, por aquí hubiéramos empezado. Creo
que muchas de las bandas aquí citadas le deben algo a The Cure. En este disco
hay una semilla de un montón de imágenes, ideas, sonidos, metáforas… Sólo hacen falta tres notas para sostener la mayor parte de los ocho minutos de la canción que le da título a este disco, y es genial.
19. Pink
Floyd, The Wall, 1979
Esta obra es colosal. Y
todas sus melodías y atmósferas angustiantes, deprimentes, opresivas… El
espectro de sensaciones y estados de ánimo que abarcan los temas de esta obra
(Hey you, por ejemplo) es asombroso. Pondría también aquí The Dark Side of the
Moon, pero este es otra cosa. Es imposible escuchar The Trial sin pensar en las imágenes del filme de Alan Parker.
20. Fantomas,
The Director’s Cut, 2001
Si
uno quiere tener miedo puede pasar a escuchar esto (Experiment in terror, One
step beyond). Algunas canciones literalmente son una bomba (Cape fear); en
otras, más vale prepararse con un crucifijo (The Omen).
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